Ni un pastiche, ni una parodia, Little Ego toma el look y el sentimiento de Little Nemo en Slumberland. Al igual que McCay, Giardino usa la fórmula de los sueños para liberar su narrativa de la fría estructura lógica que suele ser comun para los lectores. Pero eso no es todo, con una soberbia habilidad, Giardino también acaba con caulquier restricción moral. Quien podría objetar los encuentros eróticos de Ego - Con hombres, mujeres, reptiles, o cualquier objeto que tenga a la mano- cuando todo es solamente un sueño?
Descúbrelo por ti mismo, y descubriras una rareza: maravillosamente dibujado, suntuasomante coloreado y sexualmente libre de toda culpa, como un sexy tazon de fresas, te dejará un dulce sabor de boca.
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